En este apartado quiero detenerme especialmente, fue un periodo de mi juventud de algo más de dos años realmente apasionante que me supuso descubrir una nueva forma de trabajar con las lineas, colores y texturas: -vamos a poner aquí un raso de cinco y allá una sarga que va a conformar tal o cual zona del dibujo…- ¿De qué habla esta gente? Pensaba yo, esto en la Facultad de Bellas Artes no lo dimos,… o lo más probable es que yo faltase ese día. Diseñar textil te marca, es el arte mayor de las artes menores.
Un diseño para un telar Jaquard es en esencia una imagen digital, se ve de inmediato en los dibujos antiguos (raquetas) previos a la realización del cartonaje. Minúsculas cuadrículas coloreadas, algunas auténticas obras de arte. El cartonaje de un telar Jacquard del s. XVIII es una tarjeta de computación, puro sistema binario donde informamos al telar dónde debe ir cada uno de los miles de hilos de la urdimbre ¿por encima o por debajo de la trama? Así conformamos el diseño a golpe de batén. La firma conservaba en funcionamiento los antiguos telares de espolinado donde las manos más expertas no llegan a tejer en una jornada más de medio metro de lujoso damasco. Una deliciosa contraposición con los modernos y rápidos telares.
Entré a formar parte de la firma valenciana Rafael Catalá como responsable del departamento imagen corporativa y diseño. Ya en el año 1770 en la familia Catalá eran torcedores y tejedores de seda en el barrio de Velluters* de Valencia. Fabricantes de terciopelos, espolines, brocateles, damascos, pañuelos, tejidos para embozos de capa e hiladores y torcedores de seda.
Tejidos para la decoración de alta calidad, estando la fabricación especializada en tejidos Jacquard y utilizando siempre materias primas naturales de máxima calidad: seda china, algodón egipcio, lino, yute, rayón, viscosa, etc. En Catalá nadie se sorprendía cuando te llamaban con algún tema relacionado con alguna restauración de los Palacios Reales de Aranjuez o Madrid, para la Zarzuela… o los más prestigiosos restauradores y anticuarios, editores de textil hogar como Gastón y Daniela, Pepe Peñalver, Gancedo usaron en sus colecciones muchos de nuestros diseños y en menor medida para la alta costura. Las sedas de los trajes de novia de las infantas salieron de los telares de Rafael Catalá. Hemos visto las telas de Rafael Catalá en películas y series de éxito. Las telas que vestían el dormitorio de los Kennedy en la Casa Blanca en los años 60 se confeccionaron en Catalá y telas de Catalá están o han estado en el Palacio de Aranjuez, La sala de Joyas de la Torre de Londres, el Congreso de los Diputados,Hoteles como el Ritz en Madrid y el Maria Cristina de San Sebastian, la ampliación del Mueso del Prado y el Palacio del Eliseo de París.
Para la gente de taller yo era «el estilista» y entre mis responsabilidades también estaba la comunicación corporativa, el diseño de cuidadísimos stands en ferias internacionales (en ocasiones incluso diseñando el mobiliario de estos), la organización del único (y bien dotado) premio nacional de diseño textil que anualmente otorgaba la firma en el Colegio del Arte Mayor de la Seda y la búsqueda de antiguos tejidos, raquetas, cartonajes… de los que la firma Catalá poseía una de las colecciones privadas más importantes del mundo, un referente necesario para la historia del textil.
El tiempo vivido en Lyon** me ayudó mucho en esta labor de búsqueda y documentación, recuerdo unos libros de tremendas dimensiones con antiguas muestras de lujosos tejidos de seda e hilo de metales preciosos, todas con el rapport completo, que encontré allí, era el archivo de un antiguo taller de la Croix Rouge (barrio de Lyon donde nació el telar jaquar), un magnífico hallazgo. Entre las muestras, había telas con preciosos simbolismos masónicos, preciosos motivos decorativos y aunque faltaban algunos ejemplares, gracias a que los años habían hecho marca en el papel que sostenía las muestras pude recuperar todos los dibujos del archivo.
(*) Centro neurálgico de la espléndida actividad sedera de la Ciudad y Reino de Valencia en el siglo XVIII.
(**) Lugar de creación del telar Jaquard con un importante gremio de tejedores.
